Bob se estaba uniendo al ejército y le estaban repartiendo rifles cuando llegó, así que se puso a la cola.
Cuando llegó a Bob, se habían quedado sin armas.
El hombre que entregaba los rifles le dio una escoba: “Esta es una escoba mágica; apúntala a cualquiera y di ‘Bangity, bangity, bang’ y morirán”.
Bob estaba realmente preocupado porque no creía que funcionaría, pero se puso en fila para recibir bayonetas, pensando que podría tener una oportunidad si podía apuñalarlos hasta matarlos.
Quiso la suerte que le llegara el turno a Bob y ya se habían acabado.
“No te preocupes”, dijo el hombre que los entregó.
“Te daré esta zanahoria mágica; apúntala a alguien y di ‘Stabbity, stabbity puñalada’ y morirá”.
Ahora Bob está aterrorizado y va a la batalla con una escoba y una zanahoria, cuando suenan las sirenas, indicando invasión.
Bob sale, sólo para que el enemigo se ría de él.
Un enemigo incluso se le acerca con la esperanza de dispararle bien.
Bueno, Bob no tenía nada que perder, así que lo señaló y dijo: “¡Bangity, bangity, bang!”. y el tipo cayó muerto
Hizo lo mismo con la zanahoria mágica.
Asombrado por lo que estaba pasando, siguió luchando.
Entonces, un tipo se acercó lentamente a él y no quería morir.
Bob intentó dispararle y apuñalarlo, pero no murió.
Las últimas palabras que escuchó el pobre Bob mientras lo pisoteaban fueron “Tankity, tankity, tank”.
