Sólo soy un mal golfista

Sólo soy un mal golfista

Durante mi examen físico, mi médico me preguntó sobre mi nivel de actividad física.

Describí un día típico: “Bueno, ayer por la tarde caminé cinco horas y unas 7 millas a través de un terreno bastante accidentado.

Caminé por la orilla de un lago. Me abrí camino entre las zarzas.

Tengo arena en mis zapatos y en mis ojos. Evité pararme sobre una serpiente.

Subí varias colinas rocosas. Tomé algunas ‘goteras’ detrás de unos árboles grandes.

El estrés mental de todo esto me dejó destrozado. Al final me bebí ocho cervezas”.

Inspirado por la historia, el médico dijo: “¡Debes ser un gran amante de la naturaleza!”.

“No”, respondí, “sólo soy un mal golfista”