En su primera cita, un hombre preguntó a su compañera si le apetecía tomar algo con la cena.
“Oh, no, ¿qué le diría a mi clase de la escuela dominical?”, respondió ella.
Más tarde, él le ofreció un cigarrillo.
“Oh, no, ¿qué le diría a mi clase de la escuela dominical?”, volvió a decir ella. De camino a casa, vio un motel.
Pensando que no tenía nada que perder, le preguntó si quería parar allí. “De acuerdo”, respondió su cita.
“¿Qué le vas a decir a tu clase de la escuela dominical?
“Lo mismo que les digo siempre. ‘No hace falta beber ni fumar para pasarlo bien'”.