Lorena se encuentra a su amigo Jaime y le dice:
– ¡Hola Jaime! Hace mucho que no te veía. ¿Qué has hecho?
– Pues nada, abandoné mi carrera de programador para dedicarme a escribir.
Ahora soy escritor.
– ¡Qué bién! Admiro la gente que abandona su carrera para dedicarse a lo que siempre soñó. ¿Has vendido algo?
– ¡Sí! Mi casa, mi coche, mis acciones en la bolsa, ¡Casi todo!