Dos locos se encuentran en el patio de un manicomio; uno
de ellos le enseña el puño
cerrado al otro y le dice:
¿A que no adivinas qué tengo
en la mano?
UHmm… ¡un elefante!
El del puño cerrado pone cara
de fastidio y replica:
Sí, vale, bueno, pero ¿de
qué color es?