Caperucita Roja fue a visitar a su abuelita sin saber que el lobo ya había dado buena
cuenta de ella…
Abuelita, qué ojos tan grandes tienes.
Es para verte mejor.
Nuevamente, Caperucita mira a su abuelita y dice:
Abuelita, qué orejas tan grandes tienes.
Es para escucharte mejor.
Caperucita vuelve a insistir:
Abuelita, qué nariz tan grande tienes.
Es para olerte mejor.
Caperucita vuelve a la carga:
Abuelita, qué boca tan grande tienes.
¿A qué viniste?, ¿a visitarme o a criticarme?